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Siempre me han intrigado los nudos celtas. Incluso de joven, me cautivaban los intrincados patrones entrelazados que se presentan en diversos contextos, desde la antigua mampostería y los manuscritos iluminados insulares, hasta la plétora de interpretaciones e integraciones modernas. Desde los estilos más sencillos hasta los más ornamentados, casi cualquier nudo celta me resulta fascinante, especialmente cuando el patrón simboliza algo de la naturaleza o se relaciona con profundos conceptos espirituales.
Recuerdo haberme dado cuenta de lo maravillosos que son los nudos celtas cuando estaba en séptimo u octavo grado y encontré un elegante amuleto de triqueta de peltre en una tienda del centro comercial Cottonwood, al oeste de Albuquerque. Tenía un acabado mate rugoso y un cordón de cuero, aunque nuevo, tenía un aire antiguo, y me apetecía aprender más sobre él. Así, empecé a leer sobre los antiguos celtas y la evolución del arte y el simbolismo celta a lo largo de los milenios. Una de mis ideas favoritas sobre los nudos celtas se refiere a cómo los cordones, entrelazados individualmente y sin interrupciones, representan la interconexión de todas las cosas, ya sea en el ámbito físico o espiritual, y entre ambos.
Como padre de cinco hijos, desarrollador de software de profesión, músico por afición y jardinero por vocación ancestral, he mantenido una agenda apretada durante las últimas dos décadas. Hacía tiempo que no tenía tiempo para dedicarme al dibujo y al diseño. Nunca he sido muy prolífico como artista visual, pero he tenido algunos momentos de inspiración que han dado lugar a piezas que siempre atesoraré. Uno de esos momentos, a principios de 2007, me llevó a intentar crear patrones originales con el estilo de nudo celta, o al menos de forma similar.

En 2008, pensé que sería buena idea imprimir camisetas gráficas con algunos de mis diseños para venderlas en línea o en eventos locales. Empecé escaneando mis dibujos y separando los cordones en capas en Photoshop para poder experimentar con diversas combinaciones de colores y estilos. Agradezco a mi padre por haberme enseñado Photoshop en mi infancia y por el CD Elements que me permitió experimentar con mis diseños. Dudo que hubiera podido permitirme comprarme una copia en ese momento.

Lamentablemente, el trabajo que realicé durante ese tiempo quedó inactivo, y gran parte de él inconcluso, ya que las fuerzas de la vida me presentaron otras oportunidades. Mi etapa como gerente de un restaurante de comida rápida había llegado a su fin al dar el salto al mundo de ser mi propio jefe. Mi trabajo como contratista en desarrollo web evolucionó rápidamente al desarrollo de aplicaciones móviles. Mi devoción por ese trabajo y por mi creciente familia no me dejó tiempo para mis diseños, salvo para usarlos como fondo de pantalla en mi teléfono y iPad.
Once años después, en 2019, uno de mis mejores amigos de la infancia, con quien también acababa de empezar a trabajar, vio la versión Fire Colour del nudo celta «Morning Star Fire» en el fondo de pantalla de mi teléfono. Le gustó tanto que acabó tatuándoselo en la parte superior del brazo . Hasta entonces, yo no había compartido mi trabajo con mucha gente, así que fue alentador para él mostrar tanto entusiasmo por la pieza. Me hizo empezar a pensar en revisar mi trabajo e intentar compartirlo con el mundo. A principios de 2020, conseguí reservar algo de tiempo para intentar avanzar con el proyecto creando mi cuenta de Printful y generando plantillas de productos utilizando algunas iteraciones recién finalizadas. Una vida ajetreada seguía limitando el progreso, pero en última instancia, fue la cuestión de cómo llamar a mi tienda online lo que me dejó perplejo y aplastó cualquier impulso que tuviera en ese momento.
Durante 2021 y 2022, sucedió algo que me animó e inspiró aún más. Mi hijo se dedicó de lleno a lanzar su propia marca de ropa, Vivere , usando sus propios diseños y trabajando día y noche para hacer su propia serigrafía. Empezó en el garaje de su madre antes de dejar su trabajo a finales de 2021, y desde entonces ha tenido que mudarse tres veces para hacer espacio para su inventario y su operación. Desde la secundaria, ha demostrado un don para el marketing en internet y redes sociales, y estoy inmensamente orgulloso de ver lo que ha logrado. Cada uno de sus otros cuatro hermanos ha trabajado para él y ha aprendido diferentes aspectos del negocio, y es genial verlos trabajar juntos y pasárselo en grande. Ser testigo del éxito de mi hijo con su marca me ayudó a creer que valía la pena intentarlo yo mismo. La posibilidad de colaborar con él y su equipo en el futuro también es una idea emocionante.